… es un mundo que elijo, y se expande / es un lugar y muchos lugares a la vez / son todos los lugares que viví / son miles de aromas y sensaciones y colores / son las personas que me acompañan y acompañaron en estas pequeñas aventuras / son los amigos que conocí / es cada libro y cada canción que me acompañó / es el sol después de la tormenta, y la noche más fría / es aquel primer aterrizaje y el primer despegue! / es el nudo en el estómago del primer viaje / son todas las luces que me encandilaron en Times Square / es el amanecer más impactante, después de 4 días de caminata, y el alivio, y la emoción, en Machu Pichu / es cada lágrima que cayó por felicidad, por haber llegado / son 2 deseos en el muro, cumplidos / es la ilusión de perseguir un instante en una película / son los viñedos y las ciudades y las playas y las montañas y los salares y los puentes que crucé / son los paisajes divisados desde 1 tren y la libertad del primer viaje en auto / es sentirse en casa a 8500 km / es encontrar ése lugar...

lunes, 18 de abril de 2011

Parte I - Prólogo: Dancing with myself



Claro que el Sur también existe… no solo existe, muchos de los destinos que me tocó conocer de este lado del mundo son de lo más espectacular que he visto a nivel de belleza natural.

Cuzco y Machu Pichu fueron especialmente conmovedores. Implican una carga emocional indescriptible.
Piel de gallina.

Este viaje, tan revelador, empezó en Lima.
Pero fue en algún punto entre  las noches heladas de Sábato, en ese “hotel" de Cuzco” (o como quedó documentado en mi diario de viaje: “algo con habitaciones”, donde tuve que improvisar una cortina de baño con mis pantalones); el viaje desde Puno y los preparativos al Camino del Inca, en que llegó la magia.

De repente, comencé a disfrutar la soledad.
Me hice amiga del silencio, de las caminatas interminables junto a U2 y a mi musiquita, de la lectura voraz… encontré una nueva amiga: io!
Todos los miedos se disiparon, y me di cuenta que está bueno estar solo “once in a while”. Que no está bueno como elección de vida, por supuesto, pero sí  está bueno aprovecharla cuando es lo que hay.  Es la aceptación de uno.

"OH DANCING WITH MYSELF
OH DANCING WITH MYSELF
WELL THERES NOTHING TO LOSE
AND THERES NOTHING TO PROVE
ILL BE DANCING WITH MYSELF"
(Bailando conmigo misma / bailando conmigo misma / no hay nada que perder / ni nada que probar/ estaré bailando conmigo misma)

No solo me permitió disponer de MI tiempo a MI gusto… paradójicamente fue este viaje conmigo misma, el que me presentó a 3 de las personas más hermosas que conocí.
2 de ellas hoy amigas incondicionales, a la distancia, pero siempre presentes: Caro, una busca interminable de la utopía, llena de amor inagotable y Nancy, la luchadora.


Y claro, Iñaki, compañero de idioma y testigo del esfuerzo y logro; con una enseñanza y legado difícil de olvidar:
“(…) El fututo, aunque incierto, te sonreirá.
A los ciudadanos del mundo siempre nos brilla el sol,
dondequiera que vayamos (…)” 

Y como la semana pasada me ausenté sin aviso, va segunda parte esta semana.

Parte II: Bicho de Ciudad




"¿Qué voy a hacer
Con tanto cielo para mi?
Voy a volar,
Yo soy un bicho de ciudad"



La experiencia es abrumadora: se mezcla la inmensidad de cada paisaje con el abatimiento físico, el silencio puro hace que cada bocanada de aire implique una nueva esperanza. Se suman un conjunto de metas concretadas a cada paraje, a cada día concluido, a cada esfuerzo retribuido por las imágenes que están por llegar.
Hasta la ducha reconfortante y el festejo con Cusqueñas, música y baile de esa última noche son un regalo.




Cruzando la Puerta del Sol, llegaría la última postal que nos llevaríamos de este viaje.
Después de tanto frío, de haber perdido el aire tantas veces, de haberme tropezado y vuelto a levantar tantas otras, del malhumor, la suciedad y el cansancio.

El amanecer en Machu Pichu…
No puedo especificar si fue por llegar a la meta, por la emoción de haber triunfado; si fue por el sol que raramente dice presente en ese momento del día (y que tanto me habían advertido que no iba a poder ver); o si fue  la ciudadela despertando ante nosotros, descubierta por las sombras que se abrían paso.




Ya habría otra oportunidad de conocer la ciudadela.
Era feliz.

Más Fotos
Tuvimos nuestra bienvenida, y lloramos, y nos reímos, nos reímos todos a carcajadas y nos abrazamos, y brindamos; aunque solo nos conocíamos hace 4 días.

Me recosté sobre el césped, cerré los ojos y dejé que el sol me abrigue.
Paz. Silencio. Satisfacción.
Dormí.  A los pies del Wayna Pichu.
Cuando abrí los ojos había que volver.




 Y cuando uno pensaba que ya lo había visto todo, el último esfuerzo…
…imposible estar preparados…
Aún hoy después de 9 años, recuerdo ese momento y siento el nudo en la garganta.

Y luego de esta intro necesaria, me sumerjo en el Camino del Inca.  
4 días y 3 (0 500) noches separan el Km 82, lugar donde comienza la travesía a pie, de la ciudadela de Machu Pichu.
40km. 4200 msnm. Frío.
Y aún así la experiencia más motivadora.
El camino, los paisajes, el esfuerzo de ese recorrido hacen que el destino sea solo la meta.